lunes, 9 de marzo de 2015

Lúdica en el desarrollo emocional


Garaigordobil afirma que el juego amplía el conocimiento del mundo social del adulto y prepara para el trabajo, por medio del juego de roles, como el representar un chofer, maestro, médico, entre otros, aproximándose a lo que es la vida laboral del adulto, imitando en cada actividad las reglas o normas de comportamiento que rigen dichas personajes y relaciones.
Cada rol será circundado por las enseñanzas familiar y social, “Por el juego se amplía el conocimiento de los hechos, situaciones y realidades sociales, porque cada niño aporta nuevas visiones del mundo representando distintos roles (Cada cual trae al grupo las profesiones de sus padres, con lo que se observan y representan variadas funciones sociales)” p. 37, dándoles esa preparación para el trabajo y la sociedad adulta, como lo menciona Vygotsky en 1931 y lo reafirma Bruner en 1986.
Esta escritora también cita a Piaget, al presumir que consideraba las situaciones de juego grupal como un foro para la reciprocidad mutua, para la coordinación interpersonal de roles y para el desarrollo moral. Así mismo hace constar el resultado de investigaciones de Burton Jones (1967) en la que dice que los niños de 3 a 4 años de edad que no participaren en el llamado “Juego desordenado” como tirarse, rodar, empujarse, gritar… con sus iguales, representan ciertos problemas de adaptación social, repercutiendo en timidez, miedo y rechazo a los juegos de contacto físico, sin poderlos discriminar entre juego o verdadera agresión.

Por esto, y  muchas otras ideas, Garaigordobil apuesta al juego colaborativo, para desarrollar el ámbito socioemocional, coadyuvando la expresión y el control de las emociones en el transcurso del desarrollo de la personalidad del niño.

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